Ilusión rota
El nuevo dinero del América no será para refuerzos
La inversión extranjera en el América apunta a la remodelación del Estadio Azteca y no al mercado de fichajes, según reportes.
La venta del 49% del Club América a un fondo estadounidense despertó ilusión inmediata en la afición azulcrema, que asumió la llegada de fichajes de peso y una cartera más amplia para reforzar al equipo. Sin embargo, la realidad va por otro camino: ese dinero no está destinado al plantel, al menos no en el corto plazo.
De acuerdo con lo revelado por el periodista David Medrano, la inyección económica que llegó con la nueva sociedad no será utilizada para refuerzos, sino que tiene un objetivo muy distinto. La versión fue reforzada y explicada por el diario ESTO, que consultó a un especialista para entender el verdadero trasfondo de la operación.
Según explicó Jorge Balseca, especialista en marketing deportivo, el acuerdo responde más a una urgencia estructural y financiera que a una apuesta deportiva.
"Esta compra del 49% de las acciones de Grupo Ollamani, Club América y estadio Azteca representa un ingreso total para lo que viene. El estadio va atrasadísimo y no está listo, y el dinero de Banorte y Ollamani ya se terminó un poco para lo que tenían previsto".
"América se quedó sin dinero"
El enfoque, subraya Balseca, está completamente puesto en el Estadio Azteca, inmueble que enfrenta retrasos importantes en su remodelación rumbo a los compromisos internacionales que vienen.
"Esta inyección de oxígeno viene para salvar esta parte del Azteca. Yo lo leo como una inversión para el recinto y su remodelación; con este grupo extranjero es una inyección de oxígeno brutal".
La lectura es clara: el dinero no llega para comprar jugadores, sino para terminar un proyecto que se quedó sin margen financiero.
"Se quedaron sin dinero, no está listo, a nivel estructural y de números internos, sí se visualiza como una inyección más para acabar el estadio a tiempo. Banorte no le va a meter más dinero, por eso es un tanque de oxígeno".
El contraste con la ilusión del americanismo es evidente. Mientras una parte de la afición imaginaba grandes nombres y refuerzos de impacto, la dirigencia optó por una prioridad distinta. La inversión existe, sí, pero no para lo que la tribuna soñaba.
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