Anderson, de ser Balón de Oro Sub-17 a enfrentar 10 años de prisión
Este exfutbolista brasileño dio de que hablar en su momento, sobre todo cuando brilló en el Mundial de la especialidad.
Anderson Luís de Abreu Oliveira, o simplemente conocido como Anderson, estaba llamado a ser un referente del futbol brasileño dado su talento y sus condiciones dentro de la cancha, sobre todo con el balón en los pies.
Nació el 13 de abril de 1988 en Porto Alegre, Brasil, y supo destacar de manera inmediata. Debutó en 2004 con el Gremio, con tan solo 16 años. Su despunte llegó durante el Mundial Sub-17 de 2005 en donde terminó subcampeón, pero se llevó el Balón de Oro como el mejor futbolista del torneo.
El dicho reconocimiento compartió podio con un mexicano, el cual se trataba de Giovani Dos Santos, mismo que consiguió el Balón de Plata. Ambos fueron catalogados como los mejores futbolistas del torneo juvenil.
Una vez consagrado entre los jóvenes, Porto lo fichó en diciembre de ese año para que dos años después fuera vendido al Manchester United. Con Con los 'Red Devils' estuvo de 2007 a 2015, tiempo en el que compartió vestidor con futbolistas como Wayne Rooney, Patrice Evra, Ryan Giggs, Robin van Persie, Carlos Tévez, Cristiano Ronaldo y Javier 'Chicharito' Hernández.
Su paso por Inglaterra no fue el mejor por lo que fue de equipo en equipo, comenzando por la Fiorentina, luego Internacional de Porto Alegre, Coritiba y finalmente Adana Demirspor, club turco en el que puso punto final a su carrera en 2019 con 31 años.
A partir de ahí poco se sabía del brasileño, hasta hace unas horas cuando Diaro Globo de Brasil dio a conocer que Anderson es una de ocho personas que están siendo investigadas por la justicia carioca debido a los delitos de hurto agravado, organización delictiva y blanqueo de bienes.
Se presume que hubo una desviación de fondos cercana a los 6.5 millones de dólares, además de lavado de dinero con el uso de criptomonedas. De acuerdo con su abogado, Cezar Coitinho, Anderson aún no es llamado a declarar, pero presume que "fue una víctima, no un participante", aunque en caso de ser culpable enfrentaría una condena de 10 años de prisión.
