- 23 de diciembre de 2025
Mikel Arriola compartió un balance triunfalista de la Selección Mexicana, pero las redes sociales respondieron con burlas, críticas y muestras de hartazgo.
Mikel Arriola quiso cerrar 2025 presumiendo avances y títulos de la Selección Mexicana, pero su publicación en Facebook provocó exactamente lo contrario a lo esperado. Lejos de generar entusiasmo, el mensaje desató una ola de burlas y cuestionamientos que evidenciaron la distancia entre el discurso oficial y la percepción de la afición.
Reacciones de la afición a la publicación de Mikel Arriola
La publicación del comisionado de la Federación Mexicana de Futbol no tardó en convertirse en un escaparate de críticas, ironía y enojo. Hasta el momento, el post acumulaba cerca de 9,400 reacciones, de las cuales aproximadamente 9,000 fueron "me divierte", un dato que explica mejor que cualquier análisis cómo fue recibido el balance que Arriola intentó presentar.

En su mensaje, Arriola destacó que la Selección Mexicana conquistó por primera vez la Concacaf Nations League, se proclamó bicampeona de la Copa Oro, alcanzó el lugar 15 en el ranking FIFA, cuenta con un primer trimestre "bien programado" rumbo al Mundial de 2026 y celebró la nominación de Javier Aguirre al premio The Best de la FIFA como mejor entrenador. En el papel, el panorama luce ordenado y exitoso.
Sin embargo, la reacción en redes contó otra historia. Entre los comentarios se leía "miserable", "das pena, Mikel" y reclamos directos como "piensan más en el dinero que por el amor a la camiseta". No fueron mensajes aislados, sino parte de una conversación dominada por el hartazgo y la desconfianza hacia la dirigencia del futbol mexicano.
Balance oficial y percepción pública del futbol mexicano
El episodio reflejó un desgaste profundo entre la afición y quienes toman las decisiones. Para muchos seguidores, los títulos regionales y los reconocimientos individuales no compensan años de decisiones cuestionables, una liga señalada por priorizar el negocio y una Selección que, más allá de los números, sigue sin conectar emocionalmente con su gente.
La publicación de Arriola terminó funcionando como un termómetro del malestar. No provocó orgullo ni ilusión, sino risa, ironía y reclamo. Y en un futbol donde la credibilidad pesa tanto como los resultados, esa desconexión se ha convertido en el mayor problema rumbo a 2026.
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