- 23 de octubre de 2025
José Ramón Fernández es un gigante mediático, pero su legado está más cerca del entretenimiento de Raúl Velasco que del rigor de los grandes periodistas

ESPN México atraviesa una etapa de reacomodos importantes. La reciente salida de Armando Benítez, una de las figuras más influyentes dentro de la televisora y aliado cercano de José Ramón Fernández, reaviva el debate sobre el verdadero papel del legendario conductor en el periodismo deportivo mexicano.
El nombre de José Ramón Fernández vuelve a estar en el centro de la conversación. Pero más allá de la nostalgia o la admiración, cabe preguntarnos: ¿estamos frente a un periodista o ante un gran animador de televisión?
Durante décadas, José Ramón Fernández ha sido un titán de la televisión mexicana, un rostro inconfundible en la pantalla chica, un referente de opinión y polémica. Sin embargo, no necesariamente del periodismo mexicano.
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Quienes lo veneran, lo hacen con razón: su influencia es inmensa, su legado televisivo innegable. Pero el periodismo exige hechos, pruebas y documentación. Y en más de 40 años de carrera, José Ramón no ha mostrado evidencia alguna que respalde su teoría más célebre: "los árbitros ayudan al América".
Ni un recibo, ni un audio, ni un testimonio verificable. Solo una hipótesis que ha sustentado medio siglo de discursos.

El verdadero periodismo mexicano ha tenido figuras que ejercieron con rigor, ética y profundidad: Vicente Leñero, Julio Scherer, Miguel Ángel Granados Chapa. Equiparar a José Ramón Fernández con ellos es una falta de respeto al oficio y a la historia.
José Ramón no es el adalid del periodismo, sino un gigante de la televisión, comparable a Raúl Velasco o Chabelo. Un comunicador poderoso, sin duda, pero más cercano al espectáculo que a la investigación periodística.
Y tal vez eso no sea malo... siempre y cuando lo llamemos por su nombre.




