DRAMÁTICA HISTORIA
Fue ídolo del boxeo mexicano y amigo de María Félix, pero murió en la ruina en un cuartito de Garibaldi
El boxeo mexicano nunca volvió a ver a alguien con tanta calidad
Kid Azteca, cuyo nombre real era Luis Villanueva Páramo, nació el 21 de junio de 1913 en el barrio bravo de Tepito, Ciudad de México, es una de las leyendas más recordadas del boxeo mexicano.
Conocido por su poderoso gancho al hígado y su imponente presencia en el cuadrilátero, el Kid Azteca alcanzó una fama que lo llevó a convivir con personalidades del espectáculo y la política, como María Félix, Cantinflas y Adolfo López Mateos. Sin embargo, a pesar de sus éxitos en el ring y de haber amasado una considerable fortuna, sus últimos días se caracterizaron por la precariedad, tras haber perdido todo en apuestas y malas inversiones.
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Los inicios de una leyenda
A pesar de no tener antecedentes en el boxeo, su carrera comenzó casi por accidente. A los 15 años, mientras nadaba en el río Bravo, se encontró con una función de boxeo y fue convencido por un amigo para subirse al ring. Aunque perdió su primera pelea, el apodo de "Kid Chino" —debido a sus rizos y ojos rasgados— lo acompañó hasta que su promotor Julio Montes le dio el nombre con el que sería reconocido para siempre: Kid Azteca. Este sobrenombre resonaba con la grandeza de las antiguas civilizaciones y fue el inicio de una carrera que se extendió por más de 25 años.
¿Quién fue el Kid Azteca?
Con un récord impresionante de 244 peleas, de las cuales ganó 200, 105 por nocaut, Kid Azteca se convirtió en uno de los boxeadores más temidos de su época. Su estilo, basado en un agresivo gancho al hígado, le permitió dominar la división welter en México durante 17 años. Sin embargo, a pesar de sus logros, nunca peleó por un campeonato mundial, algo que siempre lamentó.
"Me quedé esperando a la mujer y al título mundial. El box me dejó soltero", dijo alguna vez, reflejando la frustración de una carrera brillante, pero incompleta.
El éxito fuera del ring
La fama y fortuna no se limitaron al ring. Kid Azteca aprovechó su popularidad para incursionar en otros ámbitos, filmando películas como Kid Tabado, El Gran Campeón, Guantes de Oro y En busca de un campeón. Además, abrió negocios, entre ellos un restaurante en la colonia Roma y el bar "Kid Azteca" en Santa María la Ribera, que buscaban consolidar su éxito financiero.
Su vida de lujo, rodeada de amigos influyentes como Silverio Pérez, Pedro Armendáriz y Jorge Negrete, y su gusto por las apuestas, las mujeres y el alcohol, lo convirtieron en una figura bohemia. Sin embargo, la misma vida extravagante que lo hizo célebre, terminó minando su fortuna.
El ocaso de una estrella
Las malas inversiones y su afición por el juego pronto agotaron su dinero. A pesar de haber sido un boxeador que llenaba arenas y convivía con la élite del país, terminó regresando al cuadrilátero en 1950, ya no por gloria, sino por necesidad. Peleó hasta 1956, pero su cuerpo ya no era el mismo, y las victorias comenzaron a escasear.
Su último refugio fue un departamento en una vecindad en las calles de Honduras y Allende, en el corazón de la Ciudad de México, cerca de Garibaldi. Ahí vivió sus últimos años, rodeado de recuerdos de una vida que una vez fue grandiosa.
Finalmente, el 16 de marzo de 2002, a los 88 años, falleció debido a cirrosis hepática, insuficiencia renal, neumonía y peritonitis, cerrando el ciclo de uno de los más grandes ídolos del boxeo mexicano.
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El legado de Kid Azteca
Kid Azteca sigue siendo recordado como una leyenda del boxeo mexicano. Su estilo feroz en el ring y su vida de excesos fuera de él son una lección de los peligros del éxito mal gestionado. Aunque nunca logró el campeonato mundial que tanto deseó, su nombre está grabado en la historia del deporte nacional, no solo por sus triunfos, sino también por su trágico final, que refleja la fragilidad del ser humano frente a la fama y la fortuna.
