- 12 de noviembre de 2024
Con el auge de las plataformas de streaming y los avances tecnológicos, el futuro del cine deportivo parece prometedor
Hollywood ha sido durante décadas una fábrica de sueños, y entre esos sueños, el deporte ha ocupado un lugar destacado. Las películas deportivas han cautivado a audiencias de todo el mundo, no solo por su emocionante acción, sino también por las historias inspiradoras que cuentan.
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Los Gigantes de la Taquilla Deportiva
Aunque el panorama cinematográfico cambia constantemente, algunas películas deportivas han dejado una huella imborrable en la taquilla y en el corazón de los espectadores. Entre los títulos más destacados encontramos los siguientes:
15. Evasión o victoria (1981)
Gracias a Rocky, sabemos que Stallone era ágil con las manos, pero, ¿alguien lo tenía por un portero extraordinario? Lo cierto es que se le va tan cómodo en el campo de fútbol como a Bambi sobre el hielo, así que es una suerte que la película también contara con Pelé, Bobby Moore y Ossie Ardiles para hacerse cargo de casi toda la acción futbolística.
Michael Caine está en su mejor momento como carismático líder de los Aliados.
14. El luchador (2010)
¿Convencional? Claro. ¿Eficaz? Sin duda. Rodada con el realismo de David O Russell y con un toque años 90, esta película biográfica de Micky Ward se sustenta sobre los hombros de sus grandes interpretaciones. Mark Wahlberg es Ward, todo magulladuras y cara de niño, mientras que Christian Bale es su demacrado hermano adicto al crack.
La interpretación femenina viene de la mano de Amy Adams y de Melissa Leo. Wahlberg es el único que no fue nominado a los Óscar por esta película. Los aficionados al boxeo también se deleitarán con los pequeños detalles, como las clásicas imágenes de HBO y la sudorosa claustrofobia de las salas de cine pequeñas.
13. He Got Game (1998)
Para ser uno de los fans de los New York Knicks más acérrimos que existen, He Got Game es la única película sobre el deporte de Spike Lee, para rodarla eligió a una estrella del baloncesto real, Ray Allen, y a Denzel Washington en el papel de padre e hijo, respectivamente. Probablemente la actuación más infravalorada de Denzel.
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12. Ali (2002)
En el filmografía de Will Smith abundan las películas desastrosas, pero cuando da en el clavo, nos regala películas maravillosas. ¿Un ejemplo? Ali, película biográfica de 2002 sobre Muhammad Ali (sí, otra película de boxeo en la lista) dirigida por Michael Mann (Heat), en la que Smith se luce interpretando al icono deportivo del mismo nombre.
No existe ninguna fórmula para interpretar a un personaje de la vida real; algunos hacen todo lo posible por estropear al personaje conocido por el público, mientras que otros simplemente lo bordan.
Smith opta sin duda por esto último, clavando la distintiva cadencia —y el acento con tintes sureño— de la voz de Ali, que hablaba, sin relación con su conocida chulería, como si le hubiera picado una abeja en el interior de la mejilla. Una interpretación perfectamente pop.
11. Fat City (1972)
La película de boxeo perfecta. Boxeadores de poca monta, promotores sin escrúpulos, aspirantes sin futuro. Esta es la cruda realidad de un boxeador alejado de los focos. En esta película devastadoramente poco sentimental, encontramos al mejor John Huston. Protagonizada por Nick Nolte y un joven Jeff Bridges, Fat City es la mejor película que hayas visto jamás.
10. Rush (2013)
A pesar de ser una de esos géneros perfectas para ver en la pantalla de un cine (cómo no nos va a gustar ver a los coches correr a toda velocidad), hay muy pocas películas de carreras, y aún menos películas de Fórmula 1.
La mejor de ellas es Rush, de Ron Howard, sobre la rivalidad entre los pilotos James Hunt y Nikki Lauda en los años setenta. Hay algunas escenas de carreras eléctricas, una partitura de Hans Zimmer para todos los públicos y una interpretación de Chris Hemsworth que te hace desear que no hubiera pasado más de una década siendo Thor.
9. Warrior (2011)
Warrior, que sigue siendo la única película buena sobre el mundo de las artes marciales mixtas, se apoya en gran medida *__Rocky, __*a la que añade una pizca de mito griego. La película trata de dos hermanos separados que casualmente se inscriben en el mismo torneo de lucha en jaula.
Protagonizada por un feroz Tom Hardy, en su versión más Marlon Brando, y por Joel Edgerton, la lucha, aunque mucho más limpia que la MMA real, es emocionante, violenta y una metáfora no tan sutil de las personalidades de los personajes.
8. Creed (2015)
Dilo en voz baja si quieres, pero se podría argumentarse que Creed es mejor que Rocky. La franquicia —que se creía muerta desde hacía tiempo— volvió a la vida de la mano de Ryan Coogler, quien, con la ayuda de un impresionante papel protagonista de Michael B Jordan, trajo a Rocky al siglo XXI en este drama épico que aborda la clase, la raza y la identidad.
Es cine a la antigua usanza perfectamente ejecutado. Poner a Stallone en el papel de entrenador fue una decisión inspirada porque ofrece la mejor interpretación de su carrera.
7. Million Dollar Baby (2004)
Este drama de boxeo está protagonizado por Clint Eastwood en el papel de un entrenador que toma como protegida a una aspirante a boxeadora, una relación que acaba en tragedia. Dato curioso: es la única película en la que Clint Eastwood ha llorado (lo que es una buena pista de lo bajoneras que se ponen las cosas).
6. Toro salvaje (1980)
Martin Scorsese no sabía nada de boxeo antes de dirigir la tumultuosa historia de Jake LaMotta, el que fuera campeón de los pesos medios. Pero lo que Scorsese sí conoce es el dolor, la culpa y la masculinidad herida, de la que LaMotta tenía mucho.
El boxeo no es un deporte romántico. Es brutal, sucio y sangriento. Y Eso es lo que entiende Toro Salvaje. La belleza es para el ballet. Toro salvaje es una epopeya de la rabia, una película castigadora que adopta un enfoque surrealista en sus escenas de boxeo que, sin embargo, golpean con un realismo psicológico de lo que significa matar o morir.
Con ella, Robert De Niro ganó su segundo Oscar.
5. El color del dinero (1986)
Paul Newman y Tom Cruise juntos en la pantalla podrían haber hecho estallar cualquier instrumento que se utilice para medir el carisma. *El color del dinero —*secuela de El buscavidas y proyecto por encargo de Martin Scorsese—, no parecía que fuera a ser gran cosa.
Sin embargo, el talento del maestro para rodar una partida de billar como si fuera una secuencia de acción, sumado a la extravagancia de Newman y Cruise, hacen de ella la película perfecta para un sábado por la noche. Qué fascinante habría sido si Tom Cruise hubiera seguido trabajando con Scorsese...
4. Foxcatcher (2014)
El cine deportivo ha sido durante mucho tiempo un vehículo para analizar la masculinidad, y Foxcatcher, con el bobalicón John du Pont (Steve Carrell) en el centro como benefactor del equipo de lucha libre de Estados Unidos, eleva la toxicidad masculina a la enésima potencia.
Du Pont toma bajo su tutela a Schultz, un luchador de talla mundial, y asistimos a su gradual desintegración mental al verle incapaz de convertirse en el hombre que fantasea ser. Con un gran trabajo de Carrell, Channing Tatum y el siempre versátil Mark Ruffalo, Foxcatcher es una película que habría que ver más en un mundo de misóginos como Andrew Tate.
3. El luchador (2006)
La lucha libre, ridiculizada por su extravagancia, su melodrama y su exageración, es una forma de arte en la que sus mejores representantes nos ofrecen increíbles coreografías de lucha y guiones ricos en patetismo, aunque sea en mallas de lentejuelas.
En El luchador, el personaje de Mickey Rourke, Randy "The Ram" Robinson, un luchador ya veterano y maltrecho como una camioneta de los años 80. Pese a todo, está desesperado por vivir su último gran momento en el ring. La película de Darren Aronofsky se basa en los entresijos del negocio, pero no se preocupa tanto por el funcionamiento interno de la lucha libre como por la humanidad de Robinson.
2. El entrenador Carter (2005)
¿Rich qué? ¡RICHMOND! Inspirada en series para adolescentes como One Tree Hill y Melrose Place, Coach Carter es un drama enérgico y fascinante dirigido a un público joven. Las escenas de baloncesto son muy llamativas, como también lo es el debut cinematográfico de Channing Tatum. Merece la pena verla sólo por la magistral interpretación de Samuel L Jackson.
1. Rocky (1976)
Aunque el personaje se ha convertido en el ejemplo perfecto de la típica historia del segundón, la película en sí tuvo un comienzo poco propicio. Un actor poco conocido llamado Sylvester Stallone escribió el guión en tres días, pero sólo lo vendería si él interpretaba al protagonista.
Teniendo en cuenta que su único papel importante lo tuvo en Días felices, la película contó con un presupuesto minúsculo, aunque después se convertiría en la película más taquillera de 1976.
Rocky también nos recuerda lo buen actor que era Stallone antes de convertirse en Rambo en la década siguiente. Rocky, un melodrama de los años 50 con garra de los 70, será el papel eterno de Stallone.
Rocky I fue la primera película con temática deportiva en ganar el Oscar a Mejor Película
¿Por qué Tienen Tanto Éxito?
El éxito de las películas deportivas se puede atribuir a varios factores:
- Relatabilidad: Las historias a menudo se centran en personajes que luchan contra adversidades, lo que permite a los espectadores identificarse con ellos.
- Emociones: Las películas deportivas evocan una amplia gama de emociones, desde la alegría y la emoción hasta la tristeza y la frustración.
- Espíritu de equipo: El trabajo en equipo y la superación personal son temas recurrentes que resuenan con el público.
El Futuro del Cine Deportivo
Con el auge de las plataformas de streaming y los avances tecnológicos, el futuro del cine deportivo parece prometedor. Podemos esperar ver más historias innovadoras, efectos visuales impresionantes y colaboraciones entre el mundo del deporte y el cine.
¿Cuál es tu película deportiva favorita? Déjanos tu comentario y únete a la conversación.
Las reseñas de las películas fueron hechas por GQ España y Sensacine