Cada cuatro años, son pocos los momentos de alegría que los mexicanos podemos tener en los Juegos Olímpicos. Por lo regular, con el paso de los días y de las competencias, se va generando cierto desánimo al ver que la mayoría de nuestros deportistas no logran obtener una medalla.
Ese desánimo viene porque no nos damos cuenta en dónde estamos parados. Hay que entender que nuestro deporte está lejísimos de las grandes potencias.
Para poner un ejemplo, hasta antes de París 2024, en toda la historia de los Juegos Olímpicos, México había ganado solo 73 medallas, mientras que Estados Unidos 2,667.
Ahora bien, los Juegos Olímpicos en los que nuestro país ha ganado más medallas fue justo cuando los organizó en 1968. En aquella ocasión, se conquistaron nueve preseas.
Entonces, para evitar decepciones, debemos tener claro desde un principio que algo muy bueno sería ganar nueve medallas, porque eso es lo máximo que se ha ganado.
Ojalá sean muchas más, pero la realidad es que no podemos aspirar a tener mejores resultados en un país en donde en casi todas las escuelas la educación física es poner a los niños a correr vueltas al patio o a que únicamente jueguen fútbol.