Khalida Popal, una de las primeras futbolistas profesionales de Afganistán, reveló el drama que viven sus compatriotas ante el regreso del régimen talibán, quienes instauraron el Estado Islámico de Afganistán, donde las mujeres perderán la mayoría de sus derechos y mucho menos podrán practicar deportes.
"Las jugadoras del equipo femenil temen por sus vidas, porque el talibán ha recuperado el control del país después de dos décadas", dijo Popal, acerca del nuevo régimen teocrático, donde las mujeres no tienen derecho a mostrar su rostro en público (deben usar burka) o tener una cuenta bancaria.
En una entrevista para la agencia AP, Popal contó que le ha pedido a las jugadoras que eliminen sus perfiles de redes sociales, que se escondan o huyan del país, el cual empezará a ser regido bajo los preceptos de la Sharia, una ley islámica que castiga con latigazos y lapidaciones los "crímenes" de las mujeres.
Popal les ha recomendado que se vayan de sus actuales domicilios, pues los vecinos podrían confesar a los talibanes que son futbolistas, lo que les acarrearía problemas y posibles escarmientos públicos, "necesitan más protección que nunca, sus vidas corren peligro", dijo.
Incluso, fuera del régimen talibán, las jugadoras afganas se han tenido que enfrentar a muchos problemas. Formado en 2007, el equipo disputó algunos amistoso contra equipos asiáticos, como Maldivas, Nepal o Pakistán. Pero en 2011, sucedió un escándalo.
Keramuddin Keram, entonces presidente de la federación afgana de futbol, tenía un cuarto secreto donde violó a varias integrantes del equipo nacional femenil, lo que ocasionó que Khalida Popal huyera y se refugiara en Dinamarca.
Afganistán tampoco estará presente en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, debido a que la inestabilidad política impide que los atletas acudan a la justa veraniega. En el caso de la selección femenil es casi imposible que vuelvan a jugar.
