Revelan sabotaje interno contra Iván Alonso en Cruz Azul

En los últimos meses, el dedo acusador de la afición y de un sector de la prensa ha apuntado directamente a Iván Alonso. Al director deportivo charrúa se le ha señalado por la falta de títulos de liga y por el rendimiento irregular de ciertos refuerzos que han llegado a la Noria.

Incluso, han circulado rumores malintencionados que aseguran que los fichajes responden más a un tema de comisiones que a necesidades deportivas. Sin embargo, una nueva información ha salido a la luz para ponerle nombre y apellido a los verdaderos culpables de que la Máquina no pueda pitar con tranquilidad.

¿Cuál es el origen del conflicto interno en Cruz Azul?

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La bomba la soltó el reconocido periodista Carlos Ponce de León, quien ha destapado las cloacas internas del club. Según su reporte, hay un intento orquestado para desestabilizar el proyecto de Alonso y forzar su salida.

¿Por qué querrían sacar al director deportivo? Aquí los puntos clave del complot:

Estrategias y consecuencias del plan de desprestigio

El ultimátum falso: Se ha filtrado que si no hay título este torneo, Alonso estaría fuera. Según Ponce, esto es una presión mediática fabricada por "asesores" del club que no tienen un cargo directivo oficial.

Hambre de comisiones: Estos personajes añoran los tiempos de Billy Álvarez, donde el negocio de los fichajes dejaba jugosas ganancias por fuera. Al ser Iván Alonso un candado para estos negocios turbios, buscan dejarlo mal parado ante la directiva y la afición.

El plan de desprestigio: La estrategia es clara: si el equipo pierde, filtran información negativa del directivo; si el equipo gana, minimizan sus logros. Todo con tal de recuperar el control de la cartera del club y volver a las viejas prácticas de corrupción.

Resulta que el verdadero "cáncer" de la Máquina no es quien toma las decisiones deportivas, sino aquellos que, desde las sombras, quieren que el proyecto fracase para poder volver a llenarse los bolsillos. Cruz Azul no solo lucha contra sus rivales en la cancha, sino contra un enemigo interno que se niega a morir.