¡Lo aclara!
La justificación de Larcamón tras la eliminación de Cruz Azul
Análisis de las polémicas elecciones tácticas que marcaron el destino de Cruz Azul.
EL GRAN SEÑALADO: LA MANO DE LARCAMÓN HUNDIÓ A LA MÁQUINA
La eliminación de Cruz Azul en Semifinales a manos de Tigres dejó una herida profunda en La Noria, y el gran responsable en la mira de la afición y la prensa es el técnico Nicolás Larcamón. El estratega uruguayo tomó decisiones que no solo fueron extrañas, sino que le quitaron poder de fuego a La Máquina en el momento crucial.
Dejar en la banca a dos de sus generadores de juego principales, Carlos Rodríguez y José Paradela, para meter de inicio a Ángel Sepúlveda y un inoperante Lolo Faravelli, fue un golpe que el equipo no resistió. Además, la titularidad de Rodolfo Rotondi, quien tuvo un desempeño lamentable, terminó de sentenciar la ofensiva celeste.
Reacciones y justificaciones tras la eliminación de Cruz Azul
LA DEFENSA: "TUVE QUE GUARDARLOS"
En la conferencia de prensa posterior a la eliminación, Larcamón fue esperado con ansias. Todos esperaban un mea culpa o, al menos, una muestra de autocrítica por las decisiones que hundieron al equipo. Sin embargo, el estratega optó por justificarse.
Lejos de reconocer un error en el planteamiento, Larcamón atribuyó sus movimientos a la carga física y la necesidad de dosificar al plantel:
"Habíamos jugado cuatro partidos en nueve días. Charly [Rodríguez] y José [Paradela] eran los que habían completado casi el 100% de esos minutos. Mi intención era guardarlos para tenerlos un poco más frescos en la segunda parte," justificó Larcamón.
El técnico celeste argumentó que, debido a la seguidilla de partidos, decidió hacer uso de la "gran plantilla" que tiene, confiando en otras piezas para la primera mitad.
EL DRAMA: LA ROTACIÓN EN EL PEOR MOMENTO
La justificación de Larcamón se topa con una realidad: eligió el peor momento para rotar y experimentar. Mientras la idea de dosificar puede ser válida en el torneo regular, usar esa estrategia cuando el equipo se jugaba el último boleto a la Gran Final resultó un tiro en el pie.
La falta de autocrítica de Larcamón al salir del campo con la derrota y las excusas sobre el cansancio, solo han avivado el fuego de la afición, que ahora no solo cuestiona sus decisiones tácticas, sino también su capacidad para manejar la presión de los juegos de Liguilla.
