¿Coincidencia o algo más?
La maldición que persigue a Jardine desde la señal de los tres dedos
Desde aquella provocación a la afición de Cruz Azul, Jardine no la ha pasado nada bien con el número tres.
Desde aquel polémico gesto de André Jardine, en el que mostró tres dedos a la afición de Cruz Azul, una curiosa racha de infortunios ha azotado al técnico del América.
Lo que inició como una provocación se ha transformado en una serie de reveses donde el número tres ha sido una constante inquietante.
Tras eliminar a la Máquina, el América sufrió un doloroso golpe al perder la Final del torneo local frente a Toluca. Este fue el primer gran revés posterior a la controvertida señal del técnico brasileño, rompiendo la inercia ganadora que venían mostrando.
La cadena de frustraciones no pararía ahí. América también vio esfumarse su boleto al codiciado Mundial de Clubes al caer con LAFC.
La persecución del número tres
Por si fuera poco, el reciente duelo por el Campeón de Campeones contra el mismo Toluca no solo significó su tercer fracaso en fila, sino que el marcador final añadió otra coincidencia: cayeron por tres goles a uno.
La extraña conexión con el número tres fue más allá. El propio Jardine, al frente del equipo de estrellas de la Liga MX, enfrentó al combinado de la MLS en el All-Star Game, y de nuevo, el resultado fue una derrota de tres goles a uno.
Para rematar este singular patrón, los tres partidos más importantes que Jardine disputó en Estados Unidos desde aquel gesto, los perdió: el del boleto al Mundial de Clubes, el Campeón de Campeones y el All-Star Game.
Coincidencia o no, el caso es que, desde aquella provocación, el número tres se ha convertido en una especie de maldición para el técnico del América.
