Al ‘Tano’ Ortiz se le acabó la buena suerte. Finalmente, y luego de una estancia con más pena que gloria, Monterrey lo despidió.
No tengo nada en contra del argentino, pero la realidad es que a partir de ahora solo un tonto lo contrataría para su equipo.
De manera increíble, con un currículum microscópico, Ortiz tuvo la enorme fortuna de dirigir a dos de los equipos con mayor presupuesto de México, América y Monterrey, sin entregar un resultado medianamente decente.
Imagínate, si al frente de dos clubes poderosos no pudo triunfar, es altamente improbable que lo haga con otro más modesto.
Lo desagradable de esto es que apostaría a que jamás le hubieran dado a un técnico mexicano, con una trayectoria tan pequeña como la del ‘Tano’, un par de oportunidades seguidas de ese tamaño.
Y peor aún, no faltará un tonto directivo que más adelante prefiera contratar al citado estratega sudamericano que a un mexicano, aunque éste tenga una mejor trayectoria.
Malinchismo, le llaman.