En los días recientes, en todos los medios especializados en deportes, incluido Referee por supuesto, se han ocupado cientos o miles de espacios para hablar de la polémica partida de Rodrigo Huescas a Europa.
No pienso hablar de quién tiene la razón, si Cruz Azul o el futbolista, prefiero plantearte como tema a reflexionar que en un país con más de 127 millones de habitantes estamos enfocados en un jugador; sí, en uno, que se fue a la liga de Dinamarca.
Sí, ya sé que es muy probable que también se vaya Antuna, pero en realidad sigue siendo microscópica y ridícula la cantidad de mexicanos que exportamos al Viejo Continente.
Para dimensionar las cosas, en 2022, se estimaba que cerca cinco mil futbolistas argentinos estaban regados por el mundo.
Bueno, para no ir más lejos, la Selección de Argentina que disputará la Final de la Copa América tiene a Julián Álvarez en el Manchester City, a Enzo Fernández en el Chelsea, a Alexis Mac Allister en el Liverpool, a Rodrigo de Paul en el Atlético de Madrid, etcétera, etcétera.
Sinceramente, creo que argentinos, brasileños, uruguayos y hasta estadounidenses deben estarse pitorreando de nosotros al ver que toda nuestra atención está enfocada en un muchacho que se fue a Dinamarca.